La belleza no es más que la presencia de armonía en un conjunto de imperfecciones que por un instante se complementan para brillar e impactar a los ojos del espectador.
La belleza va más allá del entendimiento, indescriptible como el silencio, es un calificativo que usamos para describir algo deslumbrante, casi maravilloso. En esta descripción no existe la opinión externa, aunque hay quienes se arriesgan a comentar e incluso discrepar el concepto de belleza de otro, ignorando que cada uno ve a la belleza con otros ojos. Esta aparece en cada uno de nosotros y en cada uno de los objetos, pues la belleza abarca varios ámbitos, aunque a veces la sociedad tiende a pensar que esta sólo habita en la apariencia de algo o alguien, no entienden que va más lejos, que para que algo sea bello debe cumplir con ciertos parámetros y estos varían según la persona.
La belleza baila dentro de cada uno esperando un aviso para relucir ante los ojos de quién decida apreciarla.
La sociedad se ha dedicado a crear estereotipos de belleza, opacando las opiniones de cada uno, aunque aún existen quienes deciden calificar la belleza sin ninguna influencia de los estereotipos, aquellos que deciden ver a través de sus propios ojos. Las personas que no se dejan cegar por aquellas manos ambiciosas son las que realmente conocen la belleza.
La autenticidad de las personas al ver las cosas desde su propio punto de vista, permite apreciar la belleza en su máxima expresión, con claridad y sin distorsión.
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