El veredicto final
Las gradas de piedra antigua que se conservaban desde la edad media producían un eco enorme en ese pequeño túnel por el que caminaban, así distanciados, como si se tratara de dos desconocidos. Las luces fosforescentes de los faros alumbraban levemente el camino y se producía una sombra enorme, mas grande que ellos mientras su vida se hacia cada vez mas pequeña. Un antagonismo de la vida, del curso del tiempo, cuando los puntos son suspensivos, pero se sabe que pronto terminarán, su historia tendría un punto final, del cual ambos escapaban. Un beso más, un abrazo de esos fuertes que reparan el alma, pero los brazos del otro ya no eran el hogar que habían conocido. Todo había cambiado. La disonancia de sus pasos simulaba el sonido que producen las manecillas del reloj, era el destino que anunciaba su llegada y ellos esquivaban. Llegaron a la plaza pequeña al final del túnel y seguían sin tomarse las manos. Un silencio sepulcral yacía entre los diálogos que se avecinaban como av
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