Cielito Lindo

A mi compañera de vida, de alma, de sangre

Querida mamá, me enseñaste el significado de amar y tengo la soberbia y la audacia de atribuirme ese mérito a mí, como si lo que hubiese aprendido, hubiera sido por mi cuenta, de pronto si, una parte, pero no puedo evitar pensar que todo es producto de tu semilla, esa linda y bella que con tanto amor y paciencia cuidaste hasta que empezaste a verla florecer y se te llenaron los ojos de lágrimas.

No aprendí a gatear mamá y seguramente te burlabas de ese cómico amago de reptar, pero con ternura me enseñaste a caminar. No lo recuerdo, me encantaría tener eso en mi memoria, pero lastimosamente la evolución aún no nos da esa dicha así que solo me queda imaginarlo.

Tampoco aprendí a hablar rápido, pero aprendí a usar las palabras como refugio cuando el sol deja de salir y ahora vengo a ti con este mamarracho, esperando que lo aprecies y sé que lo harás.

Nunca fui deportista, pero amé el arte con mi vida y mi alma, tanto que decido dedicarme a ella toda la vida.

En tantas conversaciones hemos intentado definir la frontera entre lo que inculcaste en mi y lo que vino con eso que los que aún creemos que existe algo más allá de la biología llamamos esencia.

Nos olvidamos de que no tiene importancia, porque de todas formas tu sigues siendo la creadora de esta alma, que tanto te ama.

Soy una persona egoísta de vez en cuando, que causa daño. Y quizás no soy tan altruista, ni buena en las ciencias exactas, quizás no soy la persona más racional ni tan fuerte como pretendo a veces.

Pero si se que hay algo completamente indiscutible, esa parte que me hace quien soy y que me guía día a día, soy sincera y tengo una reserva de amor tan inmensa que ni yo mismo alcanzo a entender.

Todo lo que soy y lo que no te lo debo a ti. A veces me lo recuerdo con una pequeña dosis de rencor, por ejemplo, que no me hayas insistido en seguir desarrollando mi lado musical, cuando de pequeña decidí aprender a tocar el piano y luego lo dejé. Aunque en retrospectiva eso no es del todo cierto, porque desde que tengo memoria me cantabas la canción del Cielito Lindo por el lunar junto a mi boca, y yo en vez de quedarme con esa pequeña estrofa, decidí elegir la parte que dice que cantando se alegran los corazones. Soy mala, pero con espíritu, eso nunca me falta y canto y sigo cantando casi veintitrés años después, incluso cuando tengo el corazón partido.

Pero tu amor es inmenso, uno tan grande que alumbra no solo mis cielos, sino el de los que te rodean y me has reclamado cuando he sido injusta contigo y tienes razón cuando dices que el de amor de madre no es recíproco, porque nadie ama más que ustedes, las reinas de todas las casas, pero tu no eres únicamente la monarca del hogar, sino también la de mi corazón.

Hoy siento florecer esas semillas mamá. Nos enseñaste todas las lecciones y normas y nosotros decidimos ignorarlas a veces hasta que la vida, con lo injusta que es a veces, nos lanzó al piso y entendimos lo que realmente significaba toda tu sabiduría. Pero tu mano siempre ha estado ahí, para recordarnos lo que somos cuando se nos olvida, para reprendernos cuándo es necesario, pero sobre todo para acariciarnos cuándo estamos vulnerables.

Te debo mis sueños más grandes mamá, porque valoro todo lo que has invertido en nosotros y no hay nada que quiera más en el mundo, que pasar esa luz, esa sabiduría, que es tan tuya y ahora tan mía.

¿Te acuerdas cuando te dije que me iba de la casa para vivir en ese castillo, porque claramente soy una princesa?

Estoy aquí en ese lugar tan soñado y te dejé con el corazón partido, pero te llevo y te llevaré dentro.

Te amo profunda e incondicionalmente

A veces eres mi mejor amiga, otras te conviertes en la villana de los cuentos de hadas. A veces me haces llorar, y en tantas ocasiones me haces reír. Pero jamás falta el amor, prometo que de mi parte tampoco faltará nunca.

Y si en algún momento llego a brillar tanto como tú, me sentiré afortunada.

Gracias por la vida y por los sueños, gracias por el camino y el aprendizaje, gracias por el amor y el dolor.

 

Te ama siempre,

Tu princesa

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

A mi padre

La Verdad

Día a Día