Una despedida llena de promesas
Recordaba su mano sobre la mía y
una canción tan perfecta que calzaba perfectamente con el ritmo de nuestros pasos. Recuerdo su mirada cuando dijo
por primera vez con certeza de sus palabras “ te voy a extrañar”, ya lo sabía,
sabía perfectamente a lo que me arriesgaba y aún asi de forma valiente me subí
a ese tren tres días después. Sabía que sus manos no tocarían mi cuerpo y que
su voz no despertaría mi alma, sin embargo no era lo único que me alteraba. Su
recuerdo permanente sería un impedimento para seguir, es que no sabía que haría
sin esos encuentros casuales a la vuelta de la esquina, cuando de lejos me
miraba y una sonrisa pura estallaba como una bomba y se ponía en puntillas para
darme un beso en la mejilla que yo anhelaba fuese en mis labios. Dejarla
significaba no llamar y anunciar mi llegada a su hogar sin previo aviso, dejarla
significaba no recorrer aquellos lugares que nos pertenecían y recordarla,
porque iba a descubrir nuevas memorias y sueños y pronto aquellos nuevos
lugares serían el recuerdo de otra persona, me iba para distinguir la realidad
finalmente, porque la que ella me brindaba era un sueño más, y todos los días
me tortura un pensamiento que como un ligero zumbido se apodera de mis oídos, y
más que un pensamiento era un reclamo “ Cómo dejas un sueño para perseguir algo
que bien puede ser una pesadilla” ¿ y si es un sueño más? ¿ y si no es tan
malo?, me voy para descubrirme y para liberarte de este resorte que nos lanza
cada vez y cuándo le da la gana. Me voy y no se si logre liberarme, pero al
menos estiraré un poco más a ese resorte y aunque de vuelta me aferre a ti con
más fuerza, espero rehabilitarme de ti y de esta sociedad, que a pesar de ser
un sueño, me enferman sin igual. Pero antes de esta despedida sin fecha de retorno
establecida, hay algo que quiero que sepas.
Te prometo que en las noches de invierno cuando
la nieve invada mi puerta y me quede atascado en mi departamento, pensaré en ti
y en tus abrazos que serán reemplazados por una calefacción no tan barata y pretenderé
conversar contigo. Te prometo que en los días de verano encontraré el confort
lejos de las sábanas y sentada junto a algún rio de esos maravillosos con los
que tanto hemos soñado y pensaré en ti cuándo la protagonista tenga tu mismo
nombre. Te prometo que en las festividades te escribiré cartas que jamás
llegarán así como tampoco llegará el valor de enviártelas. Te prometo que al
besar unos labios distintos buscaré tu sabor y aunque es un fracaso seguro,
trataré de inventarte en aquella persona distinta a la cuál no conozco aun. Te
prometo que cuándo la distancia se convierta en algo insoportable iré a
buscarte por aquellos lugares que solían ser nuestros. Te prometo que cuándo me
extrañes tendrás un puesto en mi cama y al llegar con un enorme beso te
recibiré y en mi hogar tendré lo que más te gusta, amor, comida, libros y
música. Te prometo que la distancia no acabará con esto que siento y espero
reciprocidad
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