Entre escombros y zombies
Mientras el mundo se derrumba, yo reconstruyo el mío. Siempre fuiste un hombre severo, pero mantenías el equilibrio con un cariño inigualable. Un perfecto futuro doctor, que no tiembla al decir verdades y que deshaucia con ternura cuándo la vida que llevamos no va hacia adelante. Así mismo fue la hecatombe de nuestro amor, con un diagnóstico de metástasis lo dormimos para siempre, dejamos de alimentar nuestro cariño, el pasado, y aquí estamos viviendo después de nuestra muerte. Me enfrenté con tu mirada tan firme y entendí que el procedimiento a seguir era dejar de lanzar patadas de ahogado. Nos dejamos ir lentamente, mucho antes de la decisión final. Alargamos el dolor sólo por la satisfacción de seguir siendo compañeros, se nos olvidó que nunca dejaremos de serlo. Ese puñado de promesas lo soltamos poco a poco y así se nos fue de las manos, mientras que una distancia implacable nos iba separando aún estando en la misma cama. ¿Cuál es el procedimiento doctor? Te mentiría